Es evidente el buen funcionamiento actual que Cerdà problablemente no predijo que supondría el ensanche barcelonés. La gran virtud de esta sencilla trama, permite absorver todo tipo de actividades desarrolladas en la ciudad que se transforman en espacios destinados a estas. Las vias principales o arterias de la ciudad se resuelven a la escala que les pertenenece, como grandes boulevares, vias longitudinales, paseos...que a su vez compatibilizan la diversidad de actividades como ocio, comercio, tráfico rodado....al igual que el resto de vias que configuran esta retícula.
Personalmente, el ejemplo claro que evidencia que el ensanche de Cerdà es un referente urbano, es que ha sido capaz de adaptarse a todo tipo de transiciones en la historia. Un claro ejemplo actual de adaptación seria todo el proceso de recuperación de los interiores de islas que se traducen con una gran variedad de proyectos de intervención que reflejan las posibilidades que ofrecen los interiores de islas para recrear nuevos espacios públicos de carácteres diferentes.
No hace falta decir, que, comparar la trama de Barcelona con Santa Coloma de Gramanet, es hacer referencia al ejemplo a seguir y al ejemplo a no seguir urbanísticamente hablando. Está claro que Santa Coloma tras la inmigración masiva que sufre en la década de los 60, la ciudad sufre un crecimiento incontrolado que queda reflejado en su estructuración urbana, calles irregulares, estrechas, falta de proporción y espacios verdes....han generado desestructuración e incluso aveces insalubridad.
