martes, 22 de junio de 2010

Una ratonera muy pensada



El Eixample nos salvó en su momento de convertirnos en una ciudad mediocre como la mayoría, que intentaba seguir la moda Haussmaniana y hacer avenidas (aun así ahí queda la Gran vía, o la Diagonal, passeig Sant Joan, etc.) pero ahora es el momento de pagar las consecuencias y no considerarla una vaca sagrada a la que hay que momificar como si fuese la Casa Milà o la Sagrada Família.
el eixample nos ha dejado en herencia una serie de interiores de manzana que nos ponen un "handicap" de proyección de espacios, un fracaso sería desastroso.


Como dice el ilustrísimo profesor Josep María Montaner: "me cago en el eixample" , yo estoy deacuerdo, y de entre los comentarios indescifrables que él escribe en su blog yo entiendo que el Eixample nos ha condenado a lidiar con su simplicidad, con su panóptica que pretende resolver de la misma forma todos los problemas y que nos deja a nosotros el trabajo de matizar su trama sagrada. El éxito o fracaso de esta misión depende de considerarlo o no como la solución perfecta para todo.