sábado, 29 de mayo de 2010

El funcionamiento de los equipamientos singulares

Está claro que los tiempos cambian y con ello también cambia la demanda de los ciudadanos. Con las nuevas tecnologías un edificio como un hospital tiene que ir renovándose, adaptándose a las nuevas necesidades de la ciudadanía. Así en el Hospital de Santa Creu i Sant Pau la unidad de los hospitales ha tenido que ir modificándose respecto a los nuevos tiempos.

Así, el último equipamiento construido por Esteve Bonell se sitúa al lado del edificio de Lluis Domènech i Muntaner, construida a principios del siglo XX. La decisión de la forma e implantación que tomó Bonell para el nuevo hospital es simple, pero funcional y al mismo tiempo contundente. Resuelve muy bien los diferentes problemas del entorno y la relación con los antiguos edificios.

Mediante diversos edificios diferencia las distintas zonas del hospital; los servicios y la zona de hospitalización, con una zona intermedia que es el vestíbulo de relación. Con estas piezas, colocadas diversamente, responde a la ciudad y a los antiguos edificios. Por un lado, el edificio donde están los servicios da la fachada y hace de límite de parcela, y por otro, la zona de hospitalización hace de 'dedos' y logra la transición entre el viejo y el nuevo hospital.

Es una actuación donde logra perfectamente dar una respuesta tanto a la ciudad, como al entorno y a los edificios de Domenech i Muntaner; todo eso consiguiendo también el buen funcionamiento del hospital, gracias a la división de las diferentes zonas. Es, sin duda, un edificio perfectamente pensado para su uso y que logra obtener todos sus objetivos a través de una actuación simple en su formalidad.


El oncológico de Donostia, centro monográfico de prevención, diagnóstico y tratamiento del cáncer, también se quedó 'antiguo' respecto a las demandas de la ciudadanía de hoy en día. Por ello, se decidió construir un nuevo edificio en la periferia de la ciudad, al lado del Hospital de Donostia. Se trata de un edificio que se ubica en una zona bastante aislada, rodeada de carreteras que lo circunvalan.

Su funcionamiento, sin embargo, a mi parecer no está resuelto del todo bien, ya que muchos de los trabajadores del oncológico tienen sus puestos en las plantas subterráneas, y éstas, a diferencia del edificio de Bonell, no están iluminadas naturalmente. En el edificio hay dos patios que iluminan y ventilan la zona interior, pero no llegan a las plantas subterráneas, haciendo que trabajar en el subsuelo no sea tan agradable. Por ello, creo que hay que tener muy en cuenta el funcionamiento a la hora de proyectar hospitales, ya que creo que sea la esencia de dichos edificios.