sábado, 10 de abril de 2010

Vacío vs Lleno

El Ensanche de Barcelona es conocido por la isotropía que presenta, dada la repetición de la manzana adireccional a lo largo del territorio. A pesar de todo se trata de un caso que salva la monotonía mediante la implantación de matices e irregulares que dan diversidad de usos y referencias a la ciudad.


Es curiosa la contraposición del trazado general del Plan y la sucesión de visiones singulares que este presenta. Cada manzana adopta su propio carácter, dialogando no solamente desde el lleno, sino también desde el vacio asociado a los patios interiores, que reclaman un reconocimiento al margen del volumen impuesto por las islas.


Anteriormente, los patios de manzana no eran más que extensiones de las industrias de planta baja, que permitían la ventilación de la edificación, sin animo de participar de la vida urbana presente en las calles. El proyecto de OAB libera espacio en planta baja para introducir actividad en el patio, de forma que se convierta en un espacio colectivo, que aporta un matiz a la citada homogeneidad de la malla. De esta forma el proyecto de Cerdá se enriquece de situaciones urbanas que se escapan de la rígida implantación del viario ortogonal.


Este hecho puede asociarse a los patios medievales de Amsterdam, de los cuales se conservan 47, situados en el centro de la ciudad. Los denominados “hofjes” constituyen “refugio de la ciudad”, un lugar que traslada usuario a un ambiente social totalmente distinto de la actividad de las calles, a tan solo unos poco metros.


















Entendiendo la manzana desde el lleno, y regresando al caso de Barcelona, la isla planteada en el Fort Pienc, alberga toda una serie de equipamientos que, si bien de modo distinto, plantean de nuevo una visión irregular de la manzana; no existe un perímetro continuo que el usuario pueda concebir, sino que la participación urbana se genera en todos los ámbitos.

El hecho de concentrar todos los accesos de los equipamientos entorno a la plaza, crea una situación de relaciones sociales muy distinta a la de otras manzanas cercanas.


En Ámsterdam, los equipamientos quedan distribuidos homogéneamente por las mallas que proponen los diferentes ensanches, salvando situaciones en que se agrupan para crear zonas específicas, como es el ejemplo del Museumplein. En la mayor parte de casos, se constituyen manzanas mixtas, en que el equipamiento convive con el uso residencial, a menos que cumplan la función de nexo de unión de diferentes estructuras urbanas o estén asociados a parques o plazas colindantes.