La mayor dificultad que se presentó en este proyecto, ha sido seguramente la de ser planteado al lado del antiguo hospital realizado por Domènech i Muntaner que luego se convirtió en patrimonio de la humanidad.
El arquitecto, tiene una gran responsabilidad màs alla de la complexidad funcional del edificio con sus requerimientos, precisamente por enfrentarse a la condición de estar situado en la misma supermanzana con el maravilloso edificio antiguo de l’hospital de Santa Creu i Sant Pau.
En mi opinión, es interesante la elección de un implanteamiento que respetara el eje que sube desde la Sagrada Familia, a travéz de la Avinguda Gaudì y el viejo hospital, hasta al vestibulo del nuevo Sant Pau. El vestíbulo, no es solo un punto focal de desarollo de los diferentes espacios con sus distintas funciones, si no que también se convierte en punto de conección con un pasado tan importante.
La idea proyectiva a la base, es la de una mano con sus cinco dedos representados por los diferentes pavellones y el vestibulo (palmo) que los relaciona; esta idea me parece interesante y se desarolla bien en el proyecto construido, así que la distribución es eficiente y sus usos y funciones son adecuados.
Es interesante la manera de buscar relaciòn con el edificio ya existente a travéz de vistas, aberturas, perspectivas bien estudiadas en las ventanas de los pasillos. Me parecieron menos interesentes los pasajes físicos de conección realizados entre el antiguo edificio y el nuevo.
Los materiales usados son varios, diría también demasiados, por ejemplo en el interior se encuentra pintura normal,baldosas, marcos de madera y otros de acero en un espacio pequeño para alojar tanta diversidad.
Intentaré hacer una comparación con un proyecto de mi ciudad, pero dicha comparación no es ni por la escala del proyecto, de dimensiones muchos inferiores; ni por el uso, ya que el proyecto es un museo.
La verdad es que no hay comparación, es solo una voluntad de charlar sobre la atávica dificultad, en Roma tan sentida, de construir en un tejido historico complejo, estratificado, continuo, como el que hay en Roma. Seguramente representa una dificultad mayor que la de construir al lado de un edificio histórico, como en el caso del nuevo hospital de Sant Pau!
ROMA
El edificio tomado en consideración es la vitrina de cobertura del Ara Pacis. El Ara Pacis es el mausoleo que hizo construir el senado por el emperador Augusto entre el 13 y el 9 a.c., es un monumento conmemorativo de la Pax Romana.
La construcción, sobre decisión del mismo Augusto, se realizó en el campo Marzio septentrional, en aquella zona, próxima al confín sagrado de la ciudad (pomerium), donde quince años antes Ottaviano habia querido edificar su mausoleo, la tumba dinástica, y ahora, tomado el título de augusto, comenzaba a construir la Ara Pacis y contemporáneamente el gran reloj de sol que de él ha tomado el nombre.
El Mausoleo, La Ara Pacis y el Horologium Augusti estaban todos conformados en un mismo eje.
La posición y la orientación son cargas con significados, así como los bajorrelieves narrativos representados, son alusiones a la historia del Imperio de Roma como hijo de la historia universal que desde Enea pasando por los latinos era la historia del mundo conocido en aquel entonces. Todos monumentos conmemorativos y de propagandas del imperio de Augusto heredero del imperio universal!
Al pasar de los años, el edificio del Ara Pacis, ha sido trasladado por una inundación del río Tevere, olvidado por un milenio, hasta el punto que sus apreciadas piedras de travertino fueron descubiertas en las obras de consolidación de las fundaciones de un palacio. Comenzaron obras arqueológicas sistemáticas durante los años del fascismo y ha sido definitivamente situado en su posición actual.
El proyecto de Meyer se inserta en esta grávida historia que se materializa a través las arquitecturas.
La vitrina del Ara Pacis es la premiera obra moderna realizada en la Roma histórica después del fascismo. Su función principal era proteger el monumento de los efectos climáticos y de polución, pero se convertiò en un programa màs ambicioso que se desarolla con un espacio público con funciones distintas de museo, restaurante etc.
Las polémicas y las críticas son muchas e interesan: la dimensión exagerada, la elección del material pesado, la relación equivoca entre piezas en muros y piezas en vidrio con la consecuente poca permeadilidad visual y de la luz, la pesada pared que lo divide de la ribera del río, la fuente que se parece a aquella de una estación , la cobertura de la vista desde via di Ripetta de la fachada del Valadier de la iglesia de San Rocco.
El rechazo culmina en la afirmación que la obra de Meyer es siempre igual en si misma desde los años setenta, y la verdad es que su estilo es descontestualizado o podriamos decir internacional,obra en si misma, firma sobre el suelo.
A éstas criticas se une el rechazo de caracter político que acusa el precedente alcalde de la ciudad de haber querido poner una firma de un “archistar” a lo largo de los años de su govierno,sin concurso regular por la asignación del proyecto y gastando mucho dinero público; tal que el alcalde sucesivo y que está todavía en funciones, prometiò ya en la campaña electoral la destrucción del edificio hecho por Meyer!
El problema, en mi opinión es de la difícil relación entre antiguo y nuevo en Roma, ciudad conformada en si misma museo al aire libre, y más allá de ésto,de la actitud italiana de luchar sobre cada cosa sin tener una visión global de lo que realmente afecta a la ciudad, como por ejemplo su periferia degradada y privada de calidad, o el transporte público .
Es decir: por muchos años los arquitectos y críticos de arquitectura lucharon sobre territorios ideologicos sin denunciar años de abusos de construcción y ahora el problema no està representado en el edificio del Ara Pacis en si mismo. El asunto, es como queremos que evolucione nuestra ciudad sin quejarnos siempre y comenzando a trabajar juntos y bien, lejos de estereotipos, intereses de la política y lucha ideológica.
