Es muy interesante como la historia cambia los valores de barrios o partes de las ciudades. Como las transformaciones de usos en el barrio Gótico y Raval, que este ultimo era para la agropecuaria de la ciudad amurallada y luego se transforma en parte de ella por necesidad de expansión, semejante pasa en el Poblenou. Un barrio industrial, que incluso en un momento no se permitía la construcción de viviendas, por un cambio en la legislación, en las inversiones publicas y privadas, y un plan urbano, empieza a crecer muchísimo, pero de manera especial.
Parte del éxito de ese crecimiento es porque fueron dadas la condiciones antes para que crezca de la manera que se quería. La parte subterránea es muy importante para esta expansión, y por otra parte, el proyecto de aceras y equipamientos urbanos, también. Lo que permite que este crecimiento sea saludable para la ciudad es la mezcla de usos. Sin embargo, el poblenou todavía no ha llegado a su máximo, quedan muchos terrenos vacíos y edificios a construir, y por eso, como pasa en Berlín, todavía no se puede analizar como es el resultado. No se puede saber si va a ser una parte interesante y no peligrosa de la ciudad o si va estar llena de torres no conectadas entre si.
Por otro lado, como el plan no es autoritario en relación a las topologías de las construcciones, la experimentación arquitectónica se ve mucho. La alta tecnología busca hacer edificios diferentes que resuelvas distintas cuestiones, y que vistos en conjunto (cuando existe un conjunto construido, como por ejemplo en la Universidad Pompeu Fabra), crean una variedad formal bastante interesante, además de un contraste con los edificios antiguos restaurados.

En Rio de Janeiro, también hubo muchos cambios de valor en el territorio. Lo que seria más saludable para la ciudad, es que hubiesen seguido el modelo del 22@ para mejorar la parte industrial en el centro y puerto de la ciudad. En cambio, se propuso un nuevo centro en el barrio de Barra da Tijuca, alejado a toda la ciudad, con un modelo norte americano. Grandes avenidas, torres aisladas, condominios cerrados y nada de relación del peatón con la calle, crearon una no-ciudad que crece de una manera ya casi incontrolable y comandada por la especulación inmobiliaria. Esto va contra el modelo de expansión del resto del mundo, que quieren reforzar el centro, no descentralizar creando una nueva ciudad para el automóvil.