martes, 22 de junio de 2010

EL SUBSUELO










Cuando hablamos del subsuelo de la ciudad de Barcelona, a todo el mundo le viene la imagen del metro y las líneas de ferrocarril, sin caer en la cuenta de que hay todo un sistema más complejo que recoge además de las circulaciones, todo el saneamiento de la ciudad.
Es el caso del depósito de aguas pluviales de Joan Miró, un paradero cercano a Plaza España, unos de los lugares más concurridos de Barcelona y que sin embargo poca gente conoce su existencia.
Se trata de un sistema de tratamiento de las aguas pluviales que limpian y depuran el agua antes de su llegada al mar, además de evitar inundaciones y demás problemáticas.








El caso de Amsterdam es algo especial, ya que a causa de su elevado nivel freático, la construcción de infraestructura y red de saneamiento ha sido costosa. Este hecho se refleja en la baja importancia del metro como medio de transporte metropolitano, a favor del uso del coche y sobretodo de la bicicleta.
Ámsterdam fue una ciudad fundada por pescadores y pocos años después fue posicionándose como uno de los mayores puntos comerciales de Europa. Dada su importancia la ciudad inició su crecimiento potenciando su mayor recurso; el agua y sus canales.
En Ámsterdam la demanda de suelo es grande y su precio por lo tanto es elevado. Para solventarlo se ha planteado el aprovechamiento del subsuelo con programa diverso a 30m por debajo del nivel de la ciudad. Para ello se propone un drenaje total de los canales y la construcción en niveles inferiores cerca de un millón de m2 más para la ciudad, distribuidos en 6 plantas conectadas entre si.
De este modo se liberaría tráfico de las calles favoreciendo las circulaciones peatonales. Es un desafio con un pronóstico para 20 años.
El radicalismo de la propuesta suscita la reflexión de si realmente es apropiada semejante megaestructura bajo una ciudad con un carácter y un urbanismo tan marcado.