domingo, 7 de marzo de 2010

CAMINAR L'EIXAMPLE

El tejido urbano de L’Eixample, aunque proyectado por el mismo arquitecto y con un trazado casi homogéneo a lo largo de toda su extensión, comprende diversos ambientes y cada zona de esta parte de la ciudad es bien diferente. Además del propio planteamiento urbanístico la arquitectura y la sociedad que frecuenta cada una de las zonas de este barrio, hacen que cada parte de L’Eixample sea diferente la una de la otra. Así pues, en el Paseo de Gracia encontramos las tiendas de ropa más exclusivas de la ciudad, a la vez que caminan los miles de turistas que visitan diariamente la ciudad; L’eixample de l’esquerra lo encontramos plagado de peluquerías, restaurantes y bares dirigidos a un público homosexual; En la parte derecha del mismo, podemos encontrar edificios industriales o barrios con un predominio de la población inmigrante; incluso caminar a lo largo de la diagonal, supone un cambio de ambiente impresionante, desde el ambiente estudiantil de la zona universitaria, hasta la nueva zona dedicada a los negocios del distrito 22@, pasando por una de las zonas más exclusivas de Barcelona plagada de arquitectura modernista. Por tanto, aunque se trate de un mismo trazado se han generado muy diferentes ambientes y realidades urbanas muy diversas dentro de este homogéneo tejido urbano.

Aún así, la forma de esta retícula proyectada por el urbanista Ildefonso Cerdá, obviamente influye en esta parte de la ciudad, la de mayor extensión. La propuesto del arquitecto no se llevo a cabo tal y como él la propuso, Cerdá proyecto manzanas donde el área verde compartía lugar con el área construida, pero nunca se llevo a cabo esta dicotomía. La escasez de zonas verdes en un área tan densa de la ciudad es una realidad, aunque ya se esta tratando de introducirlas y de mejorar este gran déficit de L’eixample. Pese a este gran fallo de ejecución del proyecto de Ildefonso Cerda, por consecuencia de la especulación del terreno tan presente en la sociedad actual y la de entonces, me parece un gran proyecto urbanístico. Es una manera muy ordenada de dar una gran extensión a una ciudad. Cerdá es muy astuto y lleva a cabo una jerarquización de los diferentes ejes uniendo lugares que ya existían entonces, sitúa a lo largo del L’Eixample ciertos hitos con el fin de poder orientarse dentro de esta masa de manzanas cuadradas de esquinas achaflanadas, que quizás sea lo que a la gente más le descoloca, la sensación de estar perdido, de no saber donde estas, dado que todas las calles se parecen unas a otras. Además la orientación de las manzanas es la adecuada para un buen asoleo a de las viviendas, y para la correcta unión para con la ciudad antigua de Barcelona, las uniones con Ciutat Vella son excelentes creando grandes espacios, hoy tan frecuentados como Plaça Universitat, Ronda de Sant Antoni, Plaça Catalunya etc.

Bilbao en el siglo XIX también sufrirá una importante transformación urbana. Al igual que Barcelona, la ciudad había sufrido un importante crecimiento comercial, la industria siderúrgica aportaba enormes cantidades de dinero a la ciudad vizcaína y las siete estrechas calles que formaban el insalubre casco viejo habían quedado pequeñas para esta nueva ciudad que crecía sin parar. Los ingenieros y arquitectos Alzola, Achúcarro y Hoffmeyer fueron los encargados de realizar el proyecto de ensanche para Bilbao, tras ganar el concurso en el año 1876. En este caso, la ciudad se expande hacia la otra orilla del río Nervión, a lo largo de toda la planicie que allí existía. Se trata de un trazado de cuatro ejes principales, entre ellas la famosa Gran Vía bilbaína, que confluyen en un centro, la plaza Moyua, de forma elíptica que se convertirá en el nuevo corazón de la ciudad, la podríamos asemejar a la Plaça Catalunya barcelonesa.

Esta fue una de las principales ampliaciones de la ciudad de Bilbao, comparable L’Eixample de Cerdá. Posteriormente, tras la instauración de la democracia española, Bilbao afrontará otro de sus grandes cambios urbanísticos, la regeneración del área industrial a lo largo del río Nervion, con la construcción del emblemático museo Guggenheim, y las consecuencias que todo ello acarrearía, situando a Bilbao como una de las grandes capitales mundiales.

Proyecto de ensanche para Bilbao. Alzola, Achúcarro y Hoffmeyer (1876)

Plaza Moyua de Bilbao.