domingo, 28 de marzo de 2010

La visita realizada al depósito de aguas pluviales de Joan Miró fue una experiencia cuanto menos sorprendente. Este depósito forma parte de una red que se reparte por casi toda la superficie de Barcelona, con el fin de evitar cualquier tipo de problema relacionado con los caudales.
Estor depósitos tienen dos funciones principales, la primera de ellas permite que en el caso puntual de lluvias importantes, las alcantarillas (diseñadas para un caudal habitual) nos e saturen e inunden la ciudad, desviando el exceso de agua a estos depósitos de gran capacidad. La segunda función que cumplen beneficia al medio ambiente, pues consiste en evitar el vertido del agua de manera directa en el mar, que debido a su paso por la ciudad llega a la costa altamente contaminada.
El operario que nos guió en la visita explicó que los depósitos se limpiaban regularmente mediante un sistema de compuertas, sólo con agua ya que estos tenían algo de pendiente que permitía la fácil evacuación de esta.
En este caso, el depósito de Joan Miró está situado bajo tierra, y en la superficie se encuentra un parque, espacio que anteriormente estaba ocupado por un matadero.
En el caso de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife, desgraciadamente no se cuenta con un sistema de control del caudal en el caso de grandes lluvias, lo que ya ha provocado numerosos incidentes. Esta ciudad, como casi todas las de la isla, esta construida en pendiente, lo que hace que en el caso de lluvias de importancia las calles se conviertan en auténticos rios. Esta situación se agrava más aun con el hecho de que la falta de costumbre a las tormentas provoca que muchas de las viviendas existentes estén construidas en barrancos, que en el caso de lluvia se convierten en la manera natural de evacuación del agua de la montaña, lo que implica un grave peligro para la gente que alli habita.
Prueba de esta falta de previsión y de escasa organización se ha visto reflejada en dos ocasiones en los últimos años, una de ellas fue la tormenta bautizada como "Delta" en noviembre de 2005, cuyas consecuencias, además de las cuantiosas pérdidas materiales, fueron siete víctimas, y recientemente, en febrero de este mismo año, donde se produjeron inundaciones por toda la ciudad.