Paris y Hausmann
El plano director de Cerda puede ser comparado con las intervenciones de Baron Haussmann en Paris. Entre 1850 y 1925, Paris se ha urbanizado y transformado sucesivamente según un plano importante y coherente (aberturas de vías, redes, circulación). Las obras han generadas nuevas placas, avenidas, edificios y fachadas. De un punto de vista estético, los grandes “boulevards” son rectos para facilitar el desplazamiento y una velocidad de circulación. Haussmann quiere renovar el antiguo centro medieval parisino para llegar a una mejor repartición de los habitantes. Barrios suburbanos están anexionados, Paris gana 4000 habitantes y se organiza en 20 sectores administrativos (Arrondissements). La red de circulación se organiza alrededor del centro de la ciudad renovado en un sistema radiante. Esta nueva urbanización también quiere resolver problemas higienistas creando redes de evacuación de las aguas y grandes espacios verdes.

La primera red (1852-1859), tambien llamada “la croisée de Paris” (el cruce de Paris) corresponde a la construcción de dos vías perpendiculares con un eje norte-sur y este-oeste (bvd de Strasbourg y rue de Rivoli). Este etapa es la base de la transformación urbana de Paris en el Secundo Imperio y define el centro de la ciudad en la isla de la Cité.
La secunda red (1859-1867) sigue las aberturas de grandes avenidas y el desarrollo de placas y renovación de barrios medievales. La circulación viaria se reparte desde el centro en dirección de los suburbios.
La tercera red (1969-1925) ilustra la voluntad de conexión entre “la Petite Banlieue” (barrios suburbios cercanos anexionados en 1860) y Paris. Varias obras para la monumentalidad de Paris están desarrolladas: se construye iglesias y grandes equipamientos (Biblioteca nacional, Palacio de la Justicia, Dirección de Polica…). Un “sistema verde” se establece con la creación de grandes parques y bosques dentro y alrededor de Paris.

Cerda y Barcelona




Lo que me gusta en el plano original de Cerda es la idea de una manzana cerrada pero con un pasaje interior que da una escala mas privada al su malla. Actualmente me agradan los pasajes peatonales que permiten una circulación mas tranquila, alejada de los coches y del trafico constante del Eixample. Cuando es posible, intento salir de la malla para descubrir rincones y vías que son lugares excepcionales con una identidad mas propia. Por ejemplo, cada día voy de la calle Consell de Cent a la Gran Via utilizando el passatge de Valeri Serra que es poco frecuentado y a una escala urbana menor. Además, pienso que es interesante cerrar algunas calles a as circulación para crear espacio publico para los peatones como la calle Enric Granados que permite respiración y animación social. La recuperación de los interiores de manzanas también favorece la creación de una vida de barrio protegida de la circulación urbana (equipamientos sociales, jardines donde los ninos pueden jugar…). Para mi el inconveniente del barrio de Eixample es su trafico. Su función de regulación y conexión viaria para la cuidad alguna vez le da una imagen un poco estéril como si todas manzanas estaban parecidas y atravesadas por un flujo automóvil constante.