En el recurrido por Fort Pienc hemos visitado dos intervenciones arquitectonicas ejemplares, que han tenido que responder a exigencias y tamaños diferentes. Personalmente no puedo decir cual me parece mejor, porque creo que cada uno de estos proyectos están bien resueltos en relación a su objectivos.
El proyecto de Josep Llinás tiene una complejidad programática mucho superior, tenendo que construir una serie de equipamientos a veces muy diferentes entre ellos, que van a interesar personas de todas las edades. Me gusta la estrategia utilizada para encajar las diferentes funciones. La plaza, donde hay todos los accesos, me parece un espacio público que funciona bien, por la mezcla de actividades que se desarollan en los edificios alrededor. La continuidad con el carrer de Ribes lo hace aparecer como un lugar dinámico, donde no hay la sensación de encontrarte en un interior de manzana. Me parece que, a pesar del tamaño y de la complejidad del proyecto, hay mucha sensibilidad en tratar los espacios sea interiores sea exteriores cuidando la escala del ciudadano que los vive. Hay el gran vacío generado por el edifico en voladizo pero también hay los pequeños espacios de descanso semi-abiertos a la plaza, hay el espacio curvo del mercado pero también la arquiectura a medida de niño en la bilioteca.
En Venezia generalmente los equipamientos están muy fraccionados por la dificultad de encontrar amplios espacios vacíos donde colocarlos. Esto se puede ver por ejemplo en el caso de las universidades, que tienen aulas y servicios esparcidos en muchos sitios de la ciudad. En los últimos años se está intentando concentrar los equipamientos universitarios en unas zonas, a través de la recuperación de edificios industriales o de antiguos palacios. Entre esta lógica esaba también el concurso por la construcción de la nueva sede IUAV (ganado por Miralles) que además ofrecía a Venezia una importante oportunidad de arquitectura contemporanea... ma que no tuvo mucha suerte!