Cuando vine a vivir a la calle Ribes hace 19 años, el paisaje del barrio era muy diferente al que hoy en día podemos ver. Se trataba de un barrio formado por familias obreras, una arquitectura de finales de los años 60, donde no había espacios públicos pensados para los vecinos.
La calle Ribes era una calle rodada, con aceras de metro y medio de ancho y numerosos socavones donde recuerdo a más de un vecino con algún traspié cuando el suelo estaba mojado.
Con las obras del Teatre Nacional de Catalunya y el Auditori recuerdo ciertas expectativas de mejora por parte de los vecinos, sin embargo no supuso un cambio de gran envergadura para los espacios que requería el barrio. El parque de la Pirámide, como de forma común se conoce al parque del despacho de Arriola y Fiol sí que significo un espacio público que mejoró cualitativamente al barrio.
La manzana que ocupa actualmente el proyecto de Josep Llinàs se trataba de una antigua fábrica abandonada que constantemente era vigilada por policías para evitar okupaciones. Aquella fábrica abandonada era foco de pancartas que exigían un espacio público; piscinas municipales, centro cívico, etc..eran muchas las exigencias y las expectativas depositadas por todos para que esa manzana fuese una recuperación que mejorase el barrio.
Las obras del Fort Pienc fueron muy comentadas y cuestionadas. Eran muchos los cambios que se iban a realizar. La peotalización de la calle Ribes, un mercado, una biblioteca, una residencia de ancianos, una escuela, una guardería…
Sin duda, el Fort Pienc responde a todo lo que el barrio esperaba y de forma excelente.
La plaza se convierte constantemente en un espacio de concentración de los vecinos, de actos para niños, de mercados exteriores, de cine al aire libre en verano…
La diversidad de programas cubre ofertas para los diferentes públicos que conviven en el espacio que hacen que sea tan rico socialmente.
La plaza te conduce a diversas puertas, y cada una de ellas es un edificio y cada edificio un programa.
La diversidad de programas cubre ofertas para los diferentes públicos que conviven en el espacio que hacen que sea tan rico socialmente.
La plaza te conduce a diversas puertas, y cada una de ellas es un edificio y cada edificio un programa.
La complejidad del proyecto de Llinàs es también la riqueza del mismo. Este proyecto de acupuntura en la trama de Cerdà ha conseguido enriquecer un barrio que anhelaba un espacio público como este.
El espacio público del despacho OAB corresponde a una intervención de carácter mucho más introvertido y concreto, que ofrece un espacio muy agradable de interior de manzana y sobre todo para los niños del colegio que lo delimita. Este proyecto no se puede comparar con el proyecto del Fort Pienc, seguramente por el tipo de programa y los requisitos y exigencias que deben cumplir respectivamente.
Como vecina del barrio también tengo que destacar, que no fue hasta que empecé la carrera de arquitectura que supe de la existencia del proyecto de recuperación de interior de manzana de Ferrater. No creo que sea porque sea peor proyecto, sino por la relevancia del mismo en el barrio.
MATARÓ
En el caso de Mataró cuesta mucho poder encontrar un proyecto que se asimile a los dos anteriores en Barcelona (Fort Pienc y interior de manzana de OAB) seguramente por no existir una trama urbana definida y tratarse de una ciudad con un crecimiento un tanto aleatorio.
Sin embargo, tras recorrer el centro de Mataró, aparece un espacio de plaza que aunque seguramente no se puede comparar con el espacio de Fort Pienc, transmite la misma sensación.
Sin embargo, tras recorrer el centro de Mataró, aparece un espacio de plaza que aunque seguramente no se puede comparar con el espacio de Fort Pienc, transmite la misma sensación.
Se trata de una plaza a la cual se accede a través del voladizo de un edificio que la rodea.
En esta plaza aparece un centro cívico, diversos bloques de viviendas y un antiguo resto de muralla romana que la delimitan.
Este proyecto que descubres de forma casual mientras paseas por el centro de Mataró recuerda al proyecto de Josep Llinàs, seguramente por su característica de acupuntura en la trama urbana donde se emplaza, a la que respeta y se adapta, incorporándose de forma silenciosa y que incluso acaba dando la sensación de ser la única forma de intervención.