Tanto Barcelona como Berlín han sido sedes de los Juegos Olímpicos, pero bajo marcos muy distintos y con unas influencias para las ciudades igual de dispares.
Los juegos de Barcelona supusieron un gran impulso para la ciudad, transformando Montjuïc en un nuevo valor de la urbe, y regenerando barrios como Poble Nou.
En Berlín, bajo el dominio de Hitler, se opto por crear la ciudad olímpica en la periferia, al margen de la vida de la ciudad.
Sin embargo, los estadios olímpicos de las dos ciudades, guardan algunas semejanzas a pesar de los más de once lustros que los separan. Ambos estadios tienen un planteamiento similar; se trata de estadio semienterrados con una fachada de porte clásico, la de Berlín proyectada y la de Barcelona conservada (no se muy bien por qué...). Una vez dentro, si que es posible percibir el carácter político con el que se plantearon los juegos del 36 ya que, encabezando el estadio, hay un atril para dar discursos, bajo la antorcha y enmarcado por un rotundo corte en las gradas.