Durante las olimpiadas del 92 hacia falta ubicar los atletas en lo que serian, en futuro edificios destinados a vivienda. Una operación de gran complegidad que requeria un acuerdo y una administración delicada entre promotores y administración pública.
Los edificios que se construieron fueron fruto de arquitectos que habian obtenido el premio FAD en ediciones anteriores al 92. De esta manera se procuraria una edificación de cierto caracter y de indentidad propia. En este sentido la vila olimpica se enmarca en un modelo de crecimiento urbano efectuado de golpe, que en la actualidad se ha establecido como un espacio urbano complejo y con su propio caracter. Dentro del mismo entorno, se resuelven edificios de distinta indole urbanística, desde vivienda plurifamiliar a unifamiliar, a equipamiento público o comercial. En sus inicios todos estos edificios sirvieron como infraestructura básica para los juegos olimpicos: serian la pequeña ciudad para los atletas que competian, siendo en la actualidad un barrio completamente adaptado a las necesidades de la población.
Se resuelve de una manera eficaz la demanda inicial que podia tener una ciudad para abastecer un acto concreto para, en un futuro, adaptarse a un modelo de barrio completamente unido a la ciudad de Barcelona, sin caer en la posibilidad de convertirse en un espacio urbano destinado al desuso o la marginalidad. Junto con los equipamientos de Montjuïc, la ciudad ha hecho suyos todos estos edificios y espacios que intergran la vila olimpica, convirtinedo a esta en un modelo a seguir en cuanto a la adaptabilidad en el tiempo.